Hoy volví a verte, te sentí a mi lado y desordenaste las sabanas junto a mi. Dejo de importarme el entorno y el tiempo, me note dentro de una burbuja, una “cápsula” de la cual no quería salir. Pero esta relación ya se trona algo enfermiza, por que siempre que empiezo a conocer a otra mujer no logro evitar comprarla con vos...Comparar esas extrañas sensaciones que recorre mi cuerpo, esa inmensa cantidad de endorfinas que saturan mi ser, nunca una mujer pudo estremecer mi piel como lo hacen tus manos, y lograr una sensación de extrema euforia cuando oigo tu voz. Podría pasar todo el tiempo hablando o solo compartiendo nuestros silencios, y me resulta difícil de creer, pero siempre me conformo con tu sola presencia. Cada ves que despierto, me pregunto cuando voy a encontrarte, cuando vas a dejar de ser una simple silueta sin rostro, una mujer que por el momento, solo me acompaña en mis sueños.
Aunque a veces la realidad es otra, no hay una mujer perfecta, y que es solo cuestión de aceptar y no de resignar. Yo no busco la perfección, al contrario, busco esos pequeños detalles que te hacen única, será por eso que no veo tu rostro o la profundidad de tu mirada y ni tengo un nombre por el cual llamarte. Pero eso es solo un complemento, algo mas en el paquete, lo raro mujer, es lo que me haces padecer, y verdaderamente difícil es, el describir con palabras lo que siento al despertar.
Uno recorre el camino, y como tantas veces eh echo, le asocio mil metáforas para dar a conocer, su dirección y su meta. Ya me escucharon hablar, de la mujer y el libro, de esa carrera y sus botellitas inmersas en distintas sustancias, de aquellos árboles que alojan exóticas manzanas, pero sea cual fuera el camino, solo hay un final.
Solo una compañera... y me puedo pasar todo el escrito dando detalles de “ella”, pero en esencia es una mujer que no camine delante de mi, mucho menos detrás, y ni pensar por encima o debajo , solo una mujer que camine a mi lado.
