Esta noche cae fría y sin piedad, tanto que se cuelga de
mis parpados hasta colapsarlos entre el vaivén de las ovejas, y de un momento a
otro, me encuentro lidiando con una somnolencia implacable y voraz, ávida por
estimular momentos; y reclamos ajenos… Muchas veces he pensado en las relaciones interpersonales
y hasta en ocasiones, también me anime a escribir sobre alguna de ellas. Ahora
me acomodo para ver transcurrir y evolucionar las etapas, los momentos, los
sentimientos, las personas…
Cargaba con aquellas marcas de un tiempo remoto, el reloj
avanzaba y yo seguía caminando, con los dolores y las ausencias de siempre,
pero aun marchaba. Con el derrumbe de tantas promesas. Sigo caminando.
En ciertas raras ocasiones mi soledad se lleno de ajenas
y mis labios besaron. Mi nostalgia viajo de noche en noche; mis sabanas, de
amanecer en amanecer.
Historietas que comenzaron y acabaron sin dejarme recuerdos
perdurables en la memoria y no tuvieron ningún impacto sobre el transcurso de
mis días. Todo esto es mas acerca de la espera de alguien, del tiempo que uno
pasa esperando y de la gente que se conoce en esa sala de espera; donde todo se
convierte en epidérmico, superficial y tópico.
Inmerso en el vértigo de la fugacidad, la revolución de
la urgencia, me interesaba todo y a la vez nada, solo buscaba pasar el rato sin
complicaciones, con la satisfacción de lo inmediato, donde el sexo es practicado
sin compromisos; solo pretendía algo de distracción y pasarla bien.
Hoy, estos tiempos se tornaron tan ricos y complejos, que
debo saber distinguir lo accesorio de lo fundamental, dado que chapoteo en un
juego caleidoscópico de impresiones fugaces, donde no toda sombra deja huellas.
Ahora, anhelo una conjunción de reciprocidad, alguien que me
deleite, aquella mujer por la que logre detenerme y con quien me plantee la
posibilidad de iniciar un camino; que me haga ver al mundo desde otro mundo y a
la vida, desde otra vida. Me gusta mirar desde otras perspectivas.
… levantando con eso un castillo de naipes que
se me derrumba cada dos por tres. Plaf, todo al suelo. Pero recomienzo, sabe
usted, recomienzo..."
Julio
Cortázar