Dedicado a una fascinante mujer, bonita e inteligente, donde todo es parte de su encanto; tiene un poco de todo, todo, todo en una.
Agazapado bajo esta luna endulzada por sahumerios multicolores, y junto a mi perro, que lentamente fue quedado enredado entre los dedos de mis pies, mi mente sucumbe una vez mas ante aquellos vagos recuerdos, merodea entre calles desiertas anhelando nuevamente el plagio de tus labios y se deleita entre miradas cómplices absortas de palabras; alimentando así, una ficción por demás de extraordinaria, que logra mantenerme por horas malabareando en la cornisa de la cordura.
En un principio, pensaba que esta seria solo una historia más, una como tantas otras en la que un chico conoce a una chica y una chica conoce a un chico. Sin embargo, y pese a que la mayoría de los días del año no tienen nada de especial, aquel 25 impacto de forma perdurable en mi memoria.
Recuerdo como solíamos intoxicarnos entre letras, hasta que el medio ya nos resultaba exageradamente insuficiente. Buscábamos inventar aquellas oportunidades, aspirando a la coordinación de estadios personales para dejar la unicidad. Manteníamos conversaciones a distancia, olvidando el reloj y renunciando a lo natural de tenernos frente a frente, agasajados en la sinceridad de cada palabra y los secretos confesos; las compatibilidades inexorables hacían de cada encuentro algo exquisitamente placentero.
Padecía de una extraña y vertiginosa necesidad por tenerte junto a mi, mientras que con los tiempos atados entre manos me acomodaba para disfrutar de tu escancia, de aquellas expresiones en tu rostro que no tienen desperdicio y las palabras en tus ojos del clima. Casi de inmediato me di cuenta de que eras la chica que había estado buscando.
Así decidimos pasar nuestros días, compartiendo esporádicas pero agradables escenas, alimentando expectativas y correspondiendo deseos. Admito que de momentos, me resultaba confuso el llegar a sentir con tanta prisa y en tan poco tiempo, pues nunca fui tan lejos con tan poco equipaje… Anhelaba experimentar como seria quedarme caminando al lado tuyo, respetando el ritmo de tus pasos. Y eso es nuevo para mí. Pensaba que ese tiempo, el que siempre me impacientó, sería fructífero para nosotros.
Hoy me pregunto Mari, como es levantarse una mañana y cambiar de opinión? Que se sentiste compartir entre la niebla?.
Ya pasaron días, y el teléfono se oxida entre noches vacías y silencios hipnóticos, la distancia me agujerea el pecho, y la incertidumbre no deja de aniquilar excusas.
Ahora sé sobre tu indiferencia intencionada, y también sobre aquellas sombras que aún persiguen, inventando historias invisibles; a veces, ciertas palabras hacen que todo lo anterior parezca una mentira.
Los días pasan y aun no sabes en que dirección correr, mientras intentas buscar la salida de la encrucijada construida, el futuro sigue sin estar nada claro.
Me degastan poco a poco tus artimañas para un trato diferencial y es tiempo de asumir que no existe el momento constante, que hoy sos más efímera que nunca.
Sin embargo continuo presente, buscando para encontrarte y aun sin querer disociarme, ofreciéndote un mañana prometedor, muy distante de vagas utopías, para compartir juntos lo cotidiano de cada día.
Simplemente, no pude dejarte ir así, no pude apartarme de ese camino tan fácilmente.
Podemos optar entre vivir en un mundo real o en uno que crean en nuestra mente.
La decisión es solo tuya.