No puedo decir que soy, en el instante que soy, pues acabo de decir ahora, y el tiempo transcurrido transforma este ahora, que dejo de ser el mismo. Este ahora se ha convertido en mi pasado, de modo que el pasado es aquellos que fui y ahora no soy. El futuro es, a su vez, lo que ahora no soy, mientras que el presente no hace mas que disolverse indefinidamente. No puedo decir, de modo infalible, que no soy, ya que que el efímero presente me lo prohíbe. Así, pues soy una mezcla de este ser, que es y no es, que se anula ininterrumpidamente a si mismo. Pero no dejo que el tiempo limpie la alfombra, intento evolucionar de mis palabras, de mis seres predecesores, pues son ellos, los arquitectos de mi futuro, forjando tiempo tras tiempo mi presente. Cada cual intenta definir su estado, su consciente, su realidad; aunque mutamos y por momentos queramos detenerlo. Padecemos de una metamorfosis paulatina, con consecuencias que por lapsos entienden de catástrofes, y es ahí, cuando volvemos a cambiar la piel. Y solo, en pleno acto de transmutación, somos capaces de ver los senderos mas sublimes.
Pero en mi realidad no todo es evolución, tengo que confesar que en tiempos diversos he sedimentado y detenido la muda de mi piel. Procesos inconclusamente reversibles conforman mis papiros, intentaba ser, estar y parecer en momentos que solo debía aferrarme al margen. Mientras que, en otras ocasiones, escondido tras lo tumultuosos telones de ese fugas presente, me extinguía ante la escarcha que entumecía mi cuerpo; y mis pupilas húmedas y latentes, contemplaban el pasado transitando burlonamente ante mi hoy.
Padezco de cataratas cundo observo los recuerdos del pasado, el braile no me ayuda con las cartas del futuro, y el único remedio es barajar mi presente. Remedio, no por resignación, mas bien, y me gusta pensarlo así, por elección, por adoptar esa forma de vida. Escalo peldaños, por momentos me sostengo de una baranda de plenitud pasajera, me deleito con el fugas paisaje y avanzo. En tiempos malos, suelo tropezar con mis propias ideas o llevarme por delante al implacable destino, caigo, desciendo, lastimado y con
sangre derramada por heridas sin costuras, continuo. De quedarme lamentando me perdería de transitar, no me lo puedo permitir, no ahora…