Por que no todo es lo que parece, por que nadie es lo que presenta; todos caemos en la balanza, al abrir la puerta…
Hace un tiempo, en esas charlas que se desentienden de la realidad colectiva, donde se comparte la esencia entre dos personas, una amiga me pregunto: _Sabias que la mayoría de los suicidios se dan en otoño invierno?.
Y mi respuesta inmediata fue: _ Uno enloquece por temporada?
Cuando decido dar un paso y luego otro, sea por inercia o causalidad, por momentos demuestro lo que siento, y por otros, solo ofrezco aquello que quiero que el resto del universo sienta cuando intente juzgarme…Hay tiempos que caigo, desconcertado, confuso, mistificado. Estoy hecho añicos, disperso, puedo no sentir que hay seres humanos o que estoy vivo, o que incluso estoy en este mundo; mi universo parece un embrollo inextricable.
Mi confusión es una interiorización del contexto en que estoy sumergido y de una respuesta al mismo, consecuencia de esa manera de mirar al otro, que parece contribuir, por un lado, al hacerme enloquecer, y por el otro, a ver como loco.
Caminamos dando al mundo una imagen perfectamente elaborada, sutil mente estudiada y sumamente irreal de lo que somos en apariencias, ante esas curiosas miradas y por el temor a lastimas ajenas, escondemos los pertrechos de nuestras carnes putrefactas por el dolor del alma.
Entonces, parece que otra vez, de manera misteriosa, no todo es consecuencia de nuestra voluntad, de nuestra intención, de nuestro esfuerzo, de nuestra lucha; la agonía halla su resolución de modo oculto…donde las sombras se convierten en ilusiones, únicamente cuando las confundimos con sustancia, así pues, la ilusión no es la sombra, sino el error de confundir la sombra con aquello de lo que la sombra es sombra. Dejo de ver, para perderme en un oscuro silencio, anhelo el olvido casi tanto como una simple muestra de afecto, una caricia, un abrazo, unas palabras de consuelo que contengan mi padecer. Pero aquello que intento comunicar no tiene significado alguno, carece de todo sentido y racionalidad, que es, en resumidas cuentas, inteligible para el resto del universo… Y así, una vez más, me encuentro solo, luchando contra mis demonios, incapaz de sostener el tiempo en mis manos y cansado de gritar hacia el vacío, esperando encontrar una razón, donde parece que ya no la hay…
(Esto es solo un intento de reencarnación, yo no pretendo salirme del mundo, no es mi espíritu el que relata esta vez; mi intención, solo fue entrar y comprender otra cabeza, buscarle un sentido al ser que perdió las ganas de sentir…)
