Leyendo un poco de teoría Savatiana, algo abofeteo mi incomprensión y le dio otro gusto diferente a la metáfora conformista .
El percibir con los ojos cerrados e imaginar aquel barco anclado, en un mar disgregado, en un mundo solo del YO y compuesto por maderos de quien sabe cuantas realidades, me pareció absurdo; por mas irónico que parezca. Estoy de acuerdo, somos una mezcla de realidades y personalidades que se pierden a la deriva, pero, por que atarnos y mantenernos inerte mientras el mundo sigue su cause? En ese momento se esfumo el barco y me saludo un espantapájaros, uno de esos muñecos que parecen contemplar, con ojos de un humano ahogado en melancolía, el verdadero mundo. Un rejunte de harapos, botones y paja, que le es indiferente al curso del tiempo, amarrado solo a SU realidad y condenado a padecer las inclemencias de la vida sin presentar batalla. Nadie pueden negar, que todos tenemos esas etapas, en que la vida nos pone contra las cuerda, y nos da de puñetazos, tantos y tan duros que caemos inconcientes y eludimos desaforadamente la razón, cuando viene a despabilarnos. Soy de esos que no pretenden perecer sobre una lona, mientras las manecillas de un inútil reloj cuentan un ciclo infinito, esperando una campana ajena; manejada por el destino y mucho menos el darle la espalda a las luces del teatro. No quiero ser un muñeco estacado a la intemperie, a merced de un cielo plagado de nubes, cada una con su personalidad y su temperamento, que generan tormentas en mi razón, a la hora de ponerse de acuerdo bajo alguna causalidad. Mucho menos una aglomeración de realidades, que a mi parecer, son solo fantasmas, bajo el manto de la ignorancia y la incomprensión, encalladas en un mundo, que no es condescendiente con las personas que se atan a un escenario de cristal.
Es por esto, que en mi trayecto diario, no pretendo moldear mi realidad, vivir atado a ella y mucho menos, pensar en frenar su curso; auque a veces, se vuelve tan monótona, aburrida y vacía que la tentación de vivir al borde del abismo se vuelve incontrolable. A mi entender, lo mas prudente en esos casos, no es atravesarla y probar su rigidez, si no, mirar aquella meta, que nos mantiene en un fluctuante pero delimitado objetivo en esta vida, aunque siempre atento a lo que puede traer la marea…
